Diego Ramírez de Arellano y su 'Reconosimiento de los Estrechos de Magallanes y de San Viçente'

    • Fecha:12-04-2011
    Diego Ramírez de Arellano  y su 'Reconosimiento de los Estrechos de Magallanes y de San Viçente'
    "

    A comienzos del siglo XVII, se sabe que naves holandesas han abierto una nueva ruta marítima entre el Atlántico y el Pacífico en el sur del estrecho de Magallanes. El monarca Felipe III organiza una expedición de dos naves que saliendo de Lisboa en 1618 tienen la misión de verificar la verosimilitud de la noticia dada a conocer por los holandeses Le Maire y Schouten, la nueva ruta por el cabo de Hornos, mucho menos peligrosa que la del estrecho de Magallanes, descubierto por los españoles en 1520.

    a dirección de las dos carabelas recae en los hermanos Nodal, y viaja con ellos, en calidad de cosmógrafo, el valenciano Diego Ramírez de Arellano, nacido en Xàtiva alrededor de 1580, aunque no ha sido posible verificarlo. Una vez comprobada la realidad de la nueva ruta holandesa, las carabelas españolas rodearon el archipiélago de la Tierra del Fuego, exploraron aquellas tierras y cruzaron el estrecho de Magallanes de occidente a oriente, para volver a España en 1619, siente la primera expedición española en circunnavegar aquella isla conocida desde tiempos de Fernando de Magallanes como Tierra del Fuego.

    urante el recorrido, Ramírez de Arellano dio nombre a muchos accidentes geográficos que todavía hoy mantienen su denominación en aquellas costas pertenecientes a Argentina y Chile (cabo San Diego, el extremo oriental de Tierra del Fuego; cabo Setabenc, en la punta occidental de la isla de los Estados; o islas de Diego Ramírez, uno de los puntos más meridionales de América) y otras que no perduraron (estrecho de San Vicente, patrón de Valencia, que sigue diciéndose de Le Maine, como su descubridor holandés; cabo de San Ildefonso, por el de Hoorn (Hornos); o isla de Xàtiva, como bautizó Diego la Tierra del Fuego en el mapa que acompaña su manuscrito).

    Una vez las dos carabelas volvieron a España, a Diego se le prohibió la edición de su manuscrito para favorecer la publicación que del viaje habían hecho los hermanos Nodal. Hoy, cuatrocientos años después, las peripecias de Ramírez de Arellano han visto la luz tal y como él las escribió por primera vez, narrando una de las aventuras más apasionantes de la España que abandonaba a marchas forzadas el lustro de su fulgor imperial y penetraba en la época de su decadencia política, económica y social.

    A su vuelta, y a pesar de los enfrentamientos con los hermanos Nodal, Diego Ramírez fue nombrado capitán de una escuadra que, siguiendo la nueva ruta del cabo de Hornos, tendría que llegar hasta las Filipinas por auxiliar las fuerzas españolas de aquellos territorios y desde allí, Diego, con el rango de almirante, marcharía a las islas de la Especieria, siempre asediadas por los holandeses, y tratar de descubrir Australia. Sin embargo, la expedición dirigida por Zuazuola naufragó a causa de una tormenta nada más salir de Cádiz, y Ramírez de Arellano consiguió salvarse nadando hasta la costa gaditana.

    Mientras la corona española planeaba una nueva expedición hacia las posesiones españolas en el Pacífico, se nombró Diego Ramírez de Arellano piloto mayor de la Casa de Contratación de Sevilla, uno de los cargos más importantes de la época para un marino. Después de tres años de ejercer ese lugar privilegiado de maestro de pilotos, Diego murió en Sevilla el 27 de mayo de 1624, legando todos sus bienes –y deudas– a su esposa Mariana de Aybar, «preñada de seis meses».

    Según consta en su testamento del Archivo Provincial de Sevilla, «el capitán Diego Ramírez de Arellano fue enterrado en el Sagrario de la Santa Iglesia de la catedral sevillana. Unos años después de su muerte, la capilla fue demolida y actualmente en aquel lugar se encuentran los despachos de la Institución Colombina, en la nave norte del Patio de los Naranjos de la catedral hispalense…

    Resumen de publicaciones digitales sobre la presentación del libro:

    Declaracions president Diputació

    Radio Polar

    Alicante Actualidad

    Levante - EMV

    Las Provincias

    Europa Press

    Una vez las dos carabelas volvieron a España, a Diego se le prohibió la edición de su manuscrito para favorecer la publicación que del viaje habían hecho los hermanos Nodal. Hoy, cuatrocientos años después, las peripecias de Ramírez de Arellano han visto la luz tal y como él las escribió por primera vez, narrando una de las aventuras más apasionantes de la España que abandonaba a marchas forzadas el lustro de su fulgor imperial y penetraba en la época de su decadencia política, económica y social.A su vuelta, y a pesar de los enfrentamientos con los hermanos Nodal, Diego Ramírez fue nombrado capitán de una escuadra que, siguiendo la nueva ruta del cabo de Hornos, tendría que llegar hasta las Filipinas por auxiliar las fuerzas españolas de aquellos territorios y desde allí, Diego, con el rango de almirante, marcharía a las islas de la Especieria, siempre asediadas por los holandeses, y tratar de descubrir Australia. Sin embargo, la expedición dirigida por Zuazuola naufragó a causa de una tormenta nada más salir de Cádiz, y Ramírez de Arellano consiguió salvarse nadando hasta la costa gaditana.Mientras la corona española planeaba una nueva expedición hacia las posesiones españolas en el Pacífico, se nombró Diego Ramírez de Arellano piloto mayor de la Casa de Contratación de Sevilla, uno de los cargos más importantes de la época para un marino. Después de tres años de ejercer ese lugar privilegiado de maestro de pilotos, Diego murió en Sevilla el 27 de mayo de 1624, legando todos sus bienes –y deudas– a su esposa Mariana de Aybar, «preñada de seis meses».Según consta en su testamento del Archivo Provincial de Sevilla, «el capitán Diego Ramírez de Arellano fue enterrado en el Sagrario de la Santa Iglesia de la catedral sevillana. Unos años después de su muerte, la capilla fue demolida y actualmente en aquel lugar se encuentran los despachos de la Institución Colombina, en la nave norte del Patio de los Naranjos de la catedral hispalense…Resumen de publicaciones digitales sobre la presentación del libro:Declaraciones presidente DiputaciónRadio PolarAlicante ActualidadLevante-EMVLas ProvinciasEuropa Press"